Revista DINERO, Marzo 30 de 2017. Nutra&Foods es un emprendimiento en el sector farmacéutico que se ha convertido en uno de los de mayor potencial en el mercado. Un idea que nació de la insistencia y los planes de un santandereano
Cuando Javier Otero estaba terminando su carrera como ingeniero eléctrico en la Universidad Industrial de Santander (UIS), en Bucaramanga, tenía claro que quería buscar horizontes más allá de esas fronteras, no solo en su formación académica sino también en su desarrollo profesional.
Tenía planeado viajar a Bogotá a cursar un MBA y empezar a forjar su carrera, pero con la visión de crear una
empresa propia, antes de cumplir los 40 años. Aunque siempre ha sido meticuloso y organizado, la posibilidad de llevar a cabo sus planes no se dio en los tiempos que se había fijado.
Cuando se alistaba para viajar a la capital –hace 25 años–, Rodolfo Castillo, uno de los cacaos santanderanos y quien años más tarde se convertiría en uno de sus socios, le puso una tarea para la empresa Icoharinas: lo mandó a desarmar una fábrica de pastas en Italia, al norte de Roma, y que la armara en Bucaramanga. Allí empezó una carrera vertiginosa en el campo de la producción, la eficiencia, la optimización, los procesos y la productividad. Hizo el trabajo, duró un año en la empresa y viajó a Bogotá.
Mientras cursaba su MBA en la capital, una firma cazatalentos lo contactó y empezó a trabajar con Industrias Polar, entre Colombia y Venezuela. Se convirtió en una de las personas más cercanas a Lorenzo Mendoza –cabeza de ese poderoso grupo de alimentos– en la parte productiva y en el montaje y puesta a punto de las plantas de producción de esa compañía, tanto en Venezuela como en nuestro país. Empezó en el área de proyectos de optimización fabril, procesos y productividad, buscando eficiencia.
Con una situación cada vez más compleja en Venezuela, hacia 2007 decidió retirarse de la compañía e ingresó al Grupo Team, una holding de aceites y grasas que se venía consolidando en Colombia. Allí fortaleció el desarrollo en las eficiencias productivas y logró más optimizaciones en las plantas.
Posteriormente fue vinculado a Procaps, donde participó en el equipo para convertir a esta
farmacéutica en el único laboratorio en América Latina que tiene la certificación de la FDA de Estados Unidos. También les logró aumentar eficiencias en las plantas y ajustar procesos y procedimientos.
Sin embargo, a pesar de sus logros y a los reconocimientos que había alcanzado en el sector empresarial, montar su propia compañía era para Otero su mayor sueño, aunque venía postergándolo, pues ya había cumplido 42 años. “Siempre me vi como un empresario en entrenamiento, no como un empleado”, dice. Y decidió, hace poco más de cuatro años, dar el salto.
Renunció a Procaps y con sus ahorros empezó a montar una idea de negocios alrededor de una firma que inicialmente le permitiera competir en suplementos alimenticios y vitamínicos, gomas y otras formas
farmacéuticas, pero que hacia el futuro tuviera nuevos alcances. Así nació Nutra&Foods.
Los recursos no eran suficientes para el plan que quería desarrollar y empezó a recorrer sus pasos para buscar socios. Precisamente, encontró a quien muchos años atrás le abrió la puerta en materia laboral: Rodolfo Castillo. Él escuchó el proyecto de Otero y se entusiasmó, al punto de ayudarle a conseguir nuevos aliados: tres hijos de Alejandro Galvis –otro cacao santandereano– y Bernardo Dyner, un líder empresarial de esa región.
Alex Galvis, uno de los socios, recuerda que cuando conoció a Otero le preguntó por tres cosas: su experiencia, “y dada su trayectoria, el proyecto iba a arrancar muy bien porque la eficiencia es muy importante”, los márgenes de la industria y las relaciones con los proveedores.
Con los recursos y la idea, empezaron a buscar dónde ubicarse. Y aunque inicialmente Bucaramanga no estaba en los planes de Otero, los socios lo convencieron de trabajar en la región y, en la Zona Franca Santander, se montaron 4.000 m2, con ambientes controlados, modernos equipos y desarrollos de productos que les han permitido mantener el permanente crecimiento de las ventas.
“Hoy facturamos unos $300 millones mensuales pero hace tres meses facturábamos $100 millones. Lo importante es la tendencia de crecimiento, nosotros nunca hemos dejado de crecer”, dice Otero, quien advierte que esta será una compañía de US$100 millones en ingresos para 2025.
Sin duda, la parte más compleja fue poner la rueda a girar y capitalizar el aprendizaje que tuvo la compañía el año pasado, cuando operó y validó sus productos en el departamento de Santander.
En la actualidad ya tiene ventas fuera del país: en Perú –con una de las empresas más grandes de venta directa, Fusión– y en Ecuador. Y, dice Otero, están ad portas de abrir negocios en México y Venezuela –porque muchos de sus productos, vía contrabando, ya se conocen allí y un operador local quiere comercializarlos–. Entre tanto, avanzan en las certificaciones sanitarias en países como Estados Unidos y Brasil.
Los socios le han permitido no solo acceder a capital, sino también en temas de gobierno corporativo, como juntas cada mes y reglamentaciones internas; al igual que en la apertura de otros mercados en el país con nuevos clientes.
También tiene codificados sus productos en Alkosto y Copidrogas a nivel nacional. De hecho, Copidrogas estaba importando de Estados Unidos este tipo de suplementos y decidieron cambiar los productos por los de Nutra&Foods. También tienen acuerdos con cadenas de
droguerías en el Tolima y avanza en la negociación con Grupo Éxito.
“Aún no hacemos productos farmacéuticos, estamos haciendo alimentos especiales y suplementos dietarios porque estamos esperando que se cumplan esas etapas para ir al mercado farmacéutico”, explica Otero.
Pero una de las grandes apuestas es ser proveedor de DCM, una empresa global que opera en los sectores de salud, nutrición y materiales, y factura 18.000 millones de euros.
En este momento están evaluando 8 proyectos con DCM para fabricar polvos, gomitas y cápsulas blandas, con visitas frecuentes desde Brasil y Estados Unidos. Esta firma se podría convertir en uno de sus grandes aliados de crecimiento.
El año pasado, la Cámara de Comercio de Bucaramanga los reconoció como la empresa más innovadora; es uno de los casos y ejemplos que tiene iNNpulsa en su portafolio para
emprendimientos de alto impacto y ProColombia los refiere como un caso de empresa con alto potencial exportador.
El potencial de Nutra&Foods es muy alto. Ya fondos de capital privado han empezado a mirar la empresa como destino de inversión, pero por ahora y en el corto plazo, la empresa no tomará ninguna decisión al respecto.
El sueño de Otero se está haciendo realidad, en medio de nuevos desarrollos, eficiencias, productividad y disciplina. Una lección que debe perdurar.
Articulo de la Revista Dinero.
Artículo original:
Aquí
Cuando Javier Otero estaba terminando su carrera como ingeniero eléctrico en la Universidad Industrial de Santander (UIS), en Bucaramanga, tenía claro que quería buscar horizontes más allá de esas fronteras, no solo en su formación académica sino también en su desarrollo profesional.
Tenía planeado viajar a Bogotá a cursar un MBA y empezar a forjar su carrera, pero con la visión de crear una
empresa propia, antes de cumplir los 40 años. Aunque siempre ha sido meticuloso y organizado, la posibilidad de llevar a cabo sus planes no se dio en los tiempos que se había fijado.
Cuando se alistaba para viajar a la capital –hace 25 años–, Rodolfo Castillo, uno de los cacaos santanderanos y quien años más tarde se convertiría en uno de sus socios, le puso una tarea para la empresa Icoharinas: lo mandó a desarmar una fábrica de pastas en Italia, al norte de Roma, y que la armara en Bucaramanga. Allí empezó una carrera vertiginosa en el campo de la producción, la eficiencia, la optimización, los procesos y la productividad. Hizo el trabajo, duró un año en la empresa y viajó a Bogotá.
Mientras cursaba su MBA en la capital, una firma cazatalentos lo contactó y empezó a trabajar con Industrias Polar, entre Colombia y Venezuela. Se convirtió en una de las personas más cercanas a Lorenzo Mendoza –cabeza de ese poderoso grupo de alimentos– en la parte productiva y en el montaje y puesta a punto de las plantas de producción de esa compañía, tanto en Venezuela como en nuestro país. Empezó en el área de proyectos de optimización fabril, procesos y productividad, buscando eficiencia.
Con una situación cada vez más compleja en Venezuela, hacia 2007 decidió retirarse de la compañía e ingresó al Grupo Team, una holding de aceites y grasas que se venía consolidando en Colombia. Allí fortaleció el desarrollo en las eficiencias productivas y logró más optimizaciones en las plantas.
Posteriormente fue vinculado a Procaps, donde participó en el equipo para convertir a esta
farmacéutica en el único laboratorio en América Latina que tiene la certificación de la FDA de Estados Unidos. También les logró aumentar eficiencias en las plantas y ajustar procesos y procedimientos.
Sin embargo, a pesar de sus logros y a los reconocimientos que había alcanzado en el sector empresarial, montar su propia compañía era para Otero su mayor sueño, aunque venía postergándolo, pues ya había cumplido 42 años. “Siempre me vi como un empresario en entrenamiento, no como un empleado”, dice. Y decidió, hace poco más de cuatro años, dar el salto.
Renunció a Procaps y con sus ahorros empezó a montar una idea de negocios alrededor de una firma que inicialmente le permitiera competir en suplementos alimenticios y vitamínicos, gomas y otras formas
farmacéuticas, pero que hacia el futuro tuviera nuevos alcances. Así nació Nutra&Foods.
Los recursos no eran suficientes para el plan que quería desarrollar y empezó a recorrer sus pasos para buscar socios. Precisamente, encontró a quien muchos años atrás le abrió la puerta en materia laboral: Rodolfo Castillo. Él escuchó el proyecto de Otero y se entusiasmó, al punto de ayudarle a conseguir nuevos aliados: tres hijos de Alejandro Galvis –otro cacao santandereano– y Bernardo Dyner, un líder empresarial de esa región.
Alex Galvis, uno de los socios, recuerda que cuando conoció a Otero le preguntó por tres cosas: su experiencia, “y dada su trayectoria, el proyecto iba a arrancar muy bien porque la eficiencia es muy importante”, los márgenes de la industria y las relaciones con los proveedores.
Con los recursos y la idea, empezaron a buscar dónde ubicarse. Y aunque inicialmente Bucaramanga no estaba en los planes de Otero, los socios lo convencieron de trabajar en la región y, en la Zona Franca Santander, se montaron 4.000 m2, con ambientes controlados, modernos equipos y desarrollos de productos que les han permitido mantener el permanente crecimiento de las ventas.
“Hoy facturamos unos $300 millones mensuales pero hace tres meses facturábamos $100 millones. Lo importante es la tendencia de crecimiento, nosotros nunca hemos dejado de crecer”, dice Otero, quien advierte que esta será una compañía de US$100 millones en ingresos para 2025.
Sin duda, la parte más compleja fue poner la rueda a girar y capitalizar el aprendizaje que tuvo la compañía el año pasado, cuando operó y validó sus productos en el departamento de Santander.
En la actualidad ya tiene ventas fuera del país: en Perú –con una de las empresas más grandes de venta directa, Fusión– y en Ecuador. Y, dice Otero, están ad portas de abrir negocios en México y Venezuela –porque muchos de sus productos, vía contrabando, ya se conocen allí y un operador local quiere comercializarlos–. Entre tanto, avanzan en las certificaciones sanitarias en países como Estados Unidos y Brasil.
Los socios le han permitido no solo acceder a capital, sino también en temas de gobierno corporativo, como juntas cada mes y reglamentaciones internas; al igual que en la apertura de otros mercados en el país con nuevos clientes.
También tiene codificados sus productos en Alkosto y Copidrogas a nivel nacional. De hecho, Copidrogas estaba importando de Estados Unidos este tipo de suplementos y decidieron cambiar los productos por los de Nutra&Foods. También tienen acuerdos con cadenas de
droguerías en el Tolima y avanza en la negociación con Grupo Éxito.
“Aún no hacemos productos farmacéuticos, estamos haciendo alimentos especiales y suplementos dietarios porque estamos esperando que se cumplan esas etapas para ir al mercado farmacéutico”, explica Otero.
Pero una de las grandes apuestas es ser proveedor de DCM, una empresa global que opera en los sectores de salud, nutrición y materiales, y factura 18.000 millones de euros.
En este momento están evaluando 8 proyectos con DCM para fabricar polvos, gomitas y cápsulas blandas, con visitas frecuentes desde Brasil y Estados Unidos. Esta firma se podría convertir en uno de sus grandes aliados de crecimiento.
El año pasado, la Cámara de Comercio de Bucaramanga los reconoció como la empresa más innovadora; es uno de los casos y ejemplos que tiene iNNpulsa en su portafolio para
emprendimientos de alto impacto y ProColombia los refiere como un caso de empresa con alto potencial exportador.
El potencial de Nutra&Foods es muy alto. Ya fondos de capital privado han empezado a mirar la empresa como destino de inversión, pero por ahora y en el corto plazo, la empresa no tomará ninguna decisión al respecto.
El sueño de Otero se está haciendo realidad, en medio de nuevos desarrollos, eficiencias, productividad y disciplina. Una lección que debe perdurar.
Articulo de la Revista Dinero.
Artículo original:
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